domingo, 26 de abril de 2009

Juan Lauro nos regala... Serat entre los pasajeros

“'Presi', queremos un piso: ¡basta de relojes!”

J.J. Pallàs/C. Cubero / BARCELONA

19/05/06 03:00 h.El viaje de vuelta de París tuvo dos protagonistas estelares: la Copa de Europa y Leo Messi. El trofeo pasó de mano en mano entre los pasajeros del avión fletado por el RACC para la ocasión. “Yo ya la tengo”, decían los privilegiados que mostraban en sus cámaras digitales las capturas fotográficas con el preciado trofeo. Todo regado con botellas mini de champagne francés gentileza de la compañía aérea.

Los jugadores, que viajaron en la parte superior del avión, aprovecharon para recuperar fuerzas y echaron alguna cabezadita, aunque antes de despegar Leo Messi se convirtió en improvisado animador de la espera. El argentino cogió el micro y se dedicó a bromear con una frescura inédita en el hasta entonces tímido argentino: “'Presi', tienes que subir para arreglar el tema primas: ¡Basta de relojes! Llegamos a la conclusión de que queremos un piso para cada uno, pase por acá arriba y lo hablamos. Parece que hablo en broma pero va en serio...Txiki, bienvenido al avión, los capitanes te esperan para el asunto primas. Hemos estado peleando y queremos un piso para cada uno. Ronnie, Puyi y Xavi están preparados para hablar con vos. Basta de relojes, no queremos más relojes. Acá Txema me está pidiendo un coche... Están cansados los muchachos”.

Ronaldinho se moría de risa, Maxi le animaba a seguir con el micrófono, su familia se llevaba las manos a la cabeza ante la salidas de Leo, que se crecía escuchando las risas de sus compañeros.

Serrat entre los pasajeros

Las carcajadas fueron generales, incluído un Serrat vestido de negro que parecía disfrutar con las ocurrencias de uno de sus futbolistas favoritos de la plantilla azulgrana. Serrat se entretuvo charlando con Enric Masip mientras los técnicos aprovechaban una isleta con una palmera para calmar su ansiedad con esos cigarrillos que traen desde Amsterdam. Caras de felicidad, voces roncas y un jugador especialmente emocionado: Gabri. Se le nota al canterano que está pasando por unos momentos duros. Su esposa, Cristina, y su hijo, Gabri, idéntico al padre, le están dando un apoyo fundamental.

Rijkaard fue de los pocos que no se vistió con la camiseta que Nike había confeccionado para el regreso a casa. “Més que un club: Lliga i Champions”, y en la parte de atrás los nombres de los jugadores con sus dorsales, incluído Damià. La serenidad del técnico azulgrana la transmitió a sus jugadores antes del partido. Era un discurso versionado de aquel famoso de Cruyff “salid y disfrutad”. Rijkaard recordó a sus jugadores que el partido sería complicado, que tenían que hacer su fútbol, que estaba en sus manos. Y en la media parte sólo les pidió “practicar vuestro mejor fútbol, con tranquilidad: nos quedan 45 minutos”. Discreto, como siempre, cediendo el protagonismo a los jugadores, hablando con parsimonia, pero asumiendo que es junto a Ronaldinho uno de los favoritos de la afición. Lo sintió cuando prácticamente le bloquearon en el aeropuerto de París


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