Serrat: "No le compondré una canción a Cristina; su marido debe hacerlo"
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Joan Manuel Serrat llegó y (como es costumbre) habló de todo. Hoy inicia sus actuaciones en el país. |
Serrat, experto en declaraciones, también debe lidiar con los lugares comunes de algunos cronistas, y esta conferencia de prensa no fue la excepción. «Estoy muy satisfecho de estar en Buenos Aires una vez más», respondió con otra obviedad a la obvia pregunta del comienzo. «Agradezco al público su fidelidad a lo largo del tiempo, aunque no creo formar parte de ninguna 'manía' -en relación a la inquietud de un colega que habló de 'serratmanía'-, porque nunca he sido un artista de moda. A lo mejor es justamente por eso que he podido sobrevivir y que mis canciones se han mantenido con el tiempo».
¿Y cómo hace para que las canciones, interpretadas en un formato tan intimista de piano, guitarra y voz no terminen por aburrirlo?, se le preguntó después. «Trato de actuar sobre diversos elementos. La formación que traemos esta vez, con Miralles en piano y yo en voz y guitarra, tiene mucho tiempo para nosotros; empezamos en los años '70. De modo que eso de la formación se mantiene. Lo que se va modificando es el repertorio, salvo con aquellas canciones que son inevitables y que jamás puedo dejar de hacer.
Con estas varío el modo de cantarlas, las pequeñas historias que introduzco entre ellas. Y lo hago no sólo para que la gente no sienta que está viendo la misma cosa, sino por una necesidad personal de no caer en la mecanización, de no aburrirme».
Esta vez, el cantante hará diez fechas en el teatro Gran Rex que comenzarán hoy y concluirán el 8 de diciembre, en medio de las cuales se presentará en Rosario (25 al 27/ 11), Córdoba (29/11) y Montevideo (1 y 2/12). Su espectáculo «100 x 100» lo mostrará junto con su viejo partenaire, el pianista Ricard Miralles como única compañía.
Pero, para todos aquellos que esperaban una nueva gira con Joaquín Sabina, como la que hizo hace unos años, no hay esperanzas: «Yo había hecho una experiencia así, antes, con 'El gusto es nuestro', con Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos. Luego, después de muchas noches de conversaciones, estuvimos un año con Sabina en una experiencia que me resultó divertida. Pero eso ha sido todo. Es algo irrepetible que no tendría sentido volver a recrear por mucho éxito que pueda tener. Mi vida está abierta para que surja cualquier cosa pero, por el momento, no tengo ningún proyecto en este sentido ni me preocupo por buscarlo», respondió ante esa pregunta.
Llegaron claro, las inevitables reflexiones políticas. «La situación económica que se está viviendo era predecible, era una historia que ya estaba contada. Todo era una fantasía y era obvio que en algún momento tenía que venirse abajo.
Lamentablemente, el desastre no lo pagarán los mayores culpables -esos seguro que están bien cubiertos- sino que caerá sobre la ciudadanía en general. Va a ser una historia larga volver a un cauce más o menos normal. Y sería bueno que los responsables políticos de velar por los ciudadanos pongan un coto a la locura del mundo financiero, para que sus mecanismos sean más transparentes.Ha quedado bien claroque el mercado no se autorregula y que no se puede ser rabiosamente capitalista y luego salir a pedirle al Estado cuando las cosas se complican».
En otro momento, reveló que en alguna oportunidad le habían ofrecido un cargo político (no dijo quién ni cuándo), aunque lo descartó porque «mi madre me lo desaconsejó», dijo bromeando. El ejemplo de Gilberto Gil, que se fue del gobierno de Lula porque no tenía tiempo para componer, ha de haber influido.
Respecto del futuro nuevo presidente de los Estados Unidos: «no sé hasta qué punto se puede tener confianza sobre cuánto pueden cambiar las cosas. Pero el hecho de que haya ganado un demócrata nos hace ilusionar sobre algunos cambios en la política mundial. Los Estados Unidos siguen siendo el referente principal de Occidente y es una buena noticia que, al frente de ese país, esté alguien que no comparte el neoliberalismo a ultranza como ocurre con los republicanos que están aún en el poder».
Serrat dijo estar trabajando en un repertorio para un nuevo disco, que no estará sin embargo incluido en sus recitales, y ya sobre el final no faltaron las referencias a su idioma materno, el catalán: «vivimos en un mundo práctico y muchos creen que no vale la pena que nuestros hijos lo hablen; pero era el idioma de mi abuelo y sólo por eso tiene sentido», a su retiro -»nunca ha estado en mis planes; y no lo estará mientras me siga divirtiendo, la salud me acompañe y el público quiera seguir escuchándome»- y a su bodega mendocina que produce los vinos Periné -»la agricultura es algo duro y complicado y también es difícil el tema de la comercialización. A esta actividad la salva la creatividad, la búsqueda, el placer de conseguir lo que se quería, o el de modificar y mejorar las cosas cuando uno se equivoca».
Ricardo Salton
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