martes, 18 de noviembre de 2008

Vuelve el Serrat intimista

El Nano en Argentina


18-11-2008 / De regreso para reeditar la gira Serrat 100x100, cuenta el secreto de su permanencia y se niega a retirarse. "Si un artista disfruta de estar en el escenario, lo transmite, y si siente que es una rutina, también", dijo.
Serrat vino a la Argentina, su segunda casa.
Serrat vino a la Argentina, su segunda casa.
Hace tres años, un recién recuperado Nano concebía Serrat 100x100, un espectáculo donde la clave era el formato intimista. Con Ricard Miralles al piano desgranó sus clásicos de siempre a lo largo y a lo ancho de España y Sudamérica. Sin embargo, muchos se quedaron con las ganas: verlo con Sabina estuvo bueno, pero era otra cosa. Por eso, hace poco más de un mes, en México, volvió a dar la voz de largada de este “ cien por cien” despojado y confidencial con el que dará 28 shows en América.

–¿A qué atribuye la vigencia de su repertorio?
–He tenido una adaptación de las canciones a diferentes formaciones musicales y, además, todas las búsquedas sonoras que emprendo para lo que voy haciendo las he volcado en las canciones escritas hace muchos años, porque fueron escritas en un contexto musical determinado y no pueden trasladarse sin modificaciones a otra estética.

–¿Cómo vive la Serrat manía?
–Yo agradezco esta fidelidad de la gente, pero no hablaría de manías, que siempre son producto de la moda. Yo nunca fui un cantante de moda. Pero agradezco sobre todo el respeto de la gente, de los medios, de los compañeros porque es lo que te permite sobrevivir.

–¿Cómo hace para encontrarle nuevas cosas a estos shows con pocos elementos, canciones que ya conoce mucho y un formato de voz, piano y guitarra a lo sumo?
–Lo que tiene en común este espectáculo con el anterior Serrat 100x100 es el formato: dos personas, una tocando el piano y otro con la guitarra. Yo actúo donde puedo modificar: el repertorio de canciones, aunque hay algunas que son inevitables, cambiando las propias canciones y toda la parte del espectáculo que no es musical, la linea argumental del concierto, es decir esas pequeñas historias que actúan como puentes entre las canciones, el escenario. Cambio no sólo para que la gente no sienta que vio lo mismo sino por una necesidad personal de romper toda mecanización que pudiera producirse.

–¿Tiene decidido su retiro?
–No pienso en eso, no porque no vaya a hacerlo cuando sienta que es el momento adecuado. Pero no pienso en jubilarme. Primero, porque no he encontrado nada que me divierta más que lo que estoy haciendo, segundo, porque me aguanta el cuerpo y, tercero, porque la gente me aguanta. Mi idea es que cuando llegue suceda de la misma manera en que llegué a esto, discretamente. A menos, claro, que necesite la pasta para montar un gran follón.

Del 18 al 23 de noviembre y del 5 al 7 de diciembre en el Teatro Gran Rex,


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