Vivencias de Raquel...
Concierto en el el Teatro Colón
Buenos Aires (Argentina) 3 de Marzo de 2004 Texto de Raquel Rehermann (Buenos Aires)
AMIGO. COLON. CUMPLEAÑOS. GEOLOGÍA.
Quedamos con Agustín Borthry (amigo de nuestra página y de la vida) y María Martha (amiga y compañera de la vida) en encontrarnos en la escalinata del Colón. Ahí estaba Agustín con una rosa y un feliz cumpleaños TODO para mí. Llega santa María Martha, quien se había ocupado de hacer la cola para comprar las entradas. Entramos. Mi panza estaba llena de alegría, subía hasta el pecho y salía por mi boca. Juan José García Caffi comienza los acordes de... “La Paloma” y ahí aparece la Magia. Nos agradece por haberlo empujado a ese escenario y nos da la bienvenida a la fiesta. Sigue con “Mi niñez” y “Cançó de matinada”, antes de continuar con “La Bella y el Metro” y “Princesa”, nos educa. Con un grandísimo sentido del humor y mucho criterio nos pide que retengamos el aplauso hasta los últimos acordes, porque muchos maestros han trabajado para esos arreglos y que como en otras cosas de la vida... es bueno esperar, darnos tiempo, y ... acabar a toda orquesta. Metáfora estupenda, ¿no? Una señora grita desde arriba un no se escucha, el Nano mira hacia ese grito y dice: "pues yo la escucho estupendamente". Al terminar de cantar “Herido de Amor”, se sonríe porque evidentemente comprendimos y esperamos al último acorde para aplaudir rabiosamente. Luego de cantar “Penélope”, explica esta manía de los catalanes, que aunque la escuchamos decenas de veces -esta vez con agregados- , nos resulta sumamente simpática. Recita y canta “Pare”. Mis pestañas ya estaban sin maquillaje. La alegría salía por la boca con sonrisa y por ojos con humedad en ascenso. No pienso entrar en polémica con nadie: El Nano baila mejor que Fred Astarie y hasta creo que es más histriónico que Jack Nicholson, así lo demostró con “Benito”. No pienso discutir el tema. Estoy cero democrática en esto. Se sienta, creando un clima en el Colón de living de casa y ME canta “Aquellas pequeñas cosas”, lo vi emocionado, él a mí también. Y llegó una de mis favoritas (¿desde cuándo tengo favoritas?): “De cartón piedra”. Luego del corte, como jugando canta “Mediterráneo”. Este hombre se divierte y mucho haciendo esto que tanto bien nos hace a todos. Con “Bendita Música”, coincidimos todos con lo espléndida que era la violinista, El Nano también. La hizo parar, la aplaudió y besó su mano. ¡¡¡ Un caballero !!! Antes de cantar 20+20+20 reconoció que es su canción más amortizada, y (según él) pecando de optimista espera cantar 20+20+20+20. Simplemente fantástico. Luego nos mimó con “Es caprichoso el azar”. Al final de “Pueblo Blanco” toooodos emocionados, y espero que se comprenda cuando digo todos, los aplausos sonaban eternos. Bello era mirar hacia arriba, el Colón se caía para abrazar a nuestro amigo. Al final de “Balada de otoño”, se acercó al maestro Miralles y lo trajo al centro del escenario de la mano. Lo besó y lo aplaudió. Otra favorita (¿qué cosa no?): “El carrusel del Furo” cantada y bailada como ya lo dije antes: Una FIESTA para la nena que tengo a flor de piel. El público pedía tal o cual tema: con la simpatía de siempre o más, dijo que esta gente (los músicos) eran personas con estructuras, partituras y esas cosas, y que si los sacábamos de su rumbo podían irse a pie a la Chacarita. Agradeció a la Orquesta y comentó que en todas sus venidas a Buenos Aires, los amigos lo invitaban a comer a él y a sus músicos, pero... esta vez sólo lo llaman y le dicen: "¿dónde podemos vernos a tomar un café?" Nos acusó de que al día siguiente fanfarronearíamos con que estuvimos en el Colón, ¡ este hombre nos conoce ! Coincidí otra vez con él (y van ...), dijo que alguien le dijo que cuando las canciones se traducen pierden la poesía. Cantó en castellano “Palabras de Amor”. Tiene razón. Luego de “Cantares”, a la vez que hacía abdominales recogía decenas de cartas y ramos de flores. Siempre con alegría. ¿Cómo alguien está alegre haciendo abdominales? A la hora de “La Saeta” le pide al director de la orquesta que haga parar a todos los músicos. Creo que esta geste no está habituada a que en el Colón se vocifere: "¡¡¡ Una más y no jodemos más !!!" a grito pelado. Hace sentar al piano a Miralles y a García Caffi. Dice que dos brillantes carreras de dos brillantes músicas pueden acabar simplemente acompañando a un cantante a cuatro manos. Canta “No hago otra cosa que pensar en ti” con señas muy divertidas hacia ambos maestros. Hace pasitos de baile, se ríe, silba, se para como porteño (¡¡ creánme !!). ¿Cómo se paran los porteños? Otra vez los abdominales. Llama a Miralles, nos miente diciendo que sólo le queda una canción y nos regala “Lucía”. Nos abraza cientos de veces a todos. Y... en el Colón hubo lluvia torrencial de papelitos. Brazos en alto (cual cancha de fútbol) gritábamos "EL NANO NO SE VA, EL NANO NO SE VA", y salió a saludarnos muuuuuchas veces. Y... creyendo que la fiesta había terminado, vuelvo a casa, había otra FIESTA de cumpleaños y YO no estaba. Mi loca bajita de 21 pirulos que se llama Valeria y no Lucía por cosas que ya he explicado, festejaba con sus amigos MI cumpleaños y que había rendido bien geología. Hoy ha sido un gran día.
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